lunes, 24 de febrero de 2014

Contexto

La casa de María Langarita requiere de un contexto determinado donde pocos lugares pueden cumplirlo. Para llegar hasta el contexto que se desea, voy a ir descartando los espacios que no respondan a las exigencias.
El hogar de Langarita va a tratarse de un espacio donde pueda experimentar sensaciones únicas y diferentes a las que pudiera experimentar en el día a día. Esto hace que la casa sea diferente y única, y para una casa de tal calibre, el contexto tiene que estar a la altura.
Y justo eso es lo que se pretende, encontrar un lugar donde predomine la altura. Sin embargo, no tiene que ser un lugar donde la altitud sea natural, como las montañas o acantilados. Si no, un lugar donde la nivelación sea construida por el hombre, ya que tendrá un papel importante a la hora de producir sensaciones como el poder o la concienciación frente al ser humano.
Ello me traslada directamente a lugares donde predominan los rascacielos. Más concretamente en Manhattan, “la ciudad que nunca duerme”. Destaca por sus alturas y por ser una urbe donde está en continuo movimiento.
Además, tanto las calles como los edificios, me llaman la atención ya que son la huella de miles de historias y sucesos como el 11S o la mayoría de escenas de películas y series. Pero hay un edificio que destaca sobre los demás por el lugar geográfico en el que se encuentra y que puede ir acorde con el proyecto. Se trata del rascacielos de Servcorp NYC, se ubica en el límite de lo construido y de un espacio verde donde la mano del hombre no es tan evidente.
Desde la azotea de este edificio, puedo observar el continuo cambio de la ciudad. Bajo de mis pies, aparecen miles de vehículos que avanzan, frenan, vuelven a avanzar y vuelven a frenar. También se ven puntos diminutos, aunque no se distinguen muy bien, por su movimiento, sé que se trata de personas, van por todas direcciones, por la arcén, cruzando la calle o entrando en los edificios.

Todos esos cambios me parecen tan lejanos, pero al mismo tiempo, me hacen sentir que formo parte de ello.
Desde el lugar en el que me encuentro, no hay más que el sonido del aire, sin embargo, la imagen que hay bajo mis pies, va más allá que el soplido del viento.  Siento un cosquilleo en el estómago que poco a poco se va expandiendo al resto del cuerpo y se va convirtiendo en un no sé qué, haciendo que mis piernas no me respondan, los brazos se me paralicen y mi mente entre en pánico. Pero al mismo tiempo, siento que es la imagen más hermosa que has visto jamás, una ilustración que muestra el flujo del movimiento de las personas y la tranquilidad de la naturaleza que se muestra en el parque que hay enfrente, me siento poderosa frente el mundo, frente la ciudad y por ellos, el proyecto de María Langarita tiene que encontrarse allí. Quiero que sienta todo ello y más. 

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