Los rascacielos empezaron a construirse a
finales del siglo XIX en Estados Unidos. Consecuentemente, fueron las causantes
que Mies Van der Roe Y Le Corbusier desarrollaran modelos ejemplares
arquitectónicos a la ingeniería civil e industrial.
La tecnología como el acero, los ascensores
fueron esenciales para la creación de los rascacielos cuya esencia nació de una
necesidad social y económica basándose en minimizar la densidad de población.
Con esta perspectiva, las viviendas verticales
fueron creciendo ante la mirada crítica de conservacionistas como Jane Jacobs,
Christopher Alexander o Léon Krier quienes determinan que los rascacielos
tenían una cantidad de espacios vendibles sin embargo, deshacíann las tramas
urbanas. Determinaban que eran viviendas idénticas que no se adaptaban a las
necesidades de nadie y afirmabann abiertamente que estas construcciones eran movidas por un interés capitalista.
Más
específicamente, Léón Krier, quien determinó en una entrevista con Greta La Rocca, en House,
living and Business, 25 de Junio de 2010. “Tradición no significa Edad Media.
Necesitamos edificios de tres plantas agradables para el hombre”. Muestra una
visión reticente hacia las construcciones verticales y mucho menos, se podría
decir que piense que estas edificaciones sean las viviendas del futuro.
Otro
movimiento en contraposición a estas construcciones son las edificaciones
dispersas, el sueño americano, que se basa en tener una casa a las afueras y
con un terreno propio, alejado de todo estrés y tráfico de la ciudad. Esta
imagen se observa en miles de películas americanas. Reflejo de este tipo de
vida, es la arquitectura de Richard Neutra como La Casa de reposo, construida
en Los Ángeles entre 1927-1929. Aunque esta edificación hace más de 50 años que
se llevó a cabo, el sueño americano, aún sigue vigente en la actualidad.
Edward
Glaeser, economista, desmonta este pensamiento otorgando que se trata de
construcciones negativas para el medio ambiente. Glaeser aporta una postura
positiva hacia los rascacielos aportando que no son tan negativos como muchos
urbanistas han dictaminado y aporta una visión en la que las viviendas
concentradas producen un índice de contaminación menor a las dispersas.
Otros
arquitectos que están a favor de los rascacielos y que determinan que son las
viviendas del futuro son arquitectos como conscientes de los problemas que conllevan e
intentan solucionarlos. "Los rascacielos resultan un
escenario ideal para la innovación. Como ocurre con los
vehículos Fórmula 1, sus mejoras luego se incorporan en la construcción más
masificada", dice Javier Quintana de Uña, doctor en
arquitectura por la Universidad de Navarra y autor del libro Sueño y
frustración: el rascacielos en Europa, 1900-1939.
Por
lo tanto, los rascacielos se encuentran en el punto de mira de muchos, algunos
opinan que son símbolo de poder y del reflejo del capitalismo. Sin embargo, son
construcciones en continuo cambio y renovación por lo que si se le diera una
oportunidad y se empiece a ser consciente de los problemas que les envuelven,
podrían aportarnos muchos beneficios y arquitecturas de innovación. Como el
rascasuelos, proyecto en el corazón de México.
Edward Glaser (2011). El triunfo de las
ciudades: Cómo nuestra gran creación nos hace más ricos, más listos, más
sostenibles, más sanos y más felices. Taurus.
Javier Quintana (1900-1939) Sueño y frustración: el rascacielos en
Europa. Alianza territorial.
Debate acerca de los rascacielos y la función
de ellos:
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