domingo, 23 de marzo de 2014

Hasta el momento...

Hoy es domingo y para entender los avances del proyecto, voy a hacer un resumen de la evolución (al igual que los próximos domingos). Ello me ayudará a fijarme en cosas que no le di importancia y a afirmar aquello que quedaba un poco cogido con pinzas.
En un principio, la vivienda se trataba de un tipo de parásito que se encontraba sustentado en el aire y sujeto entre dos rascacielos de Manhattan. A medida que se iba definiendo la vivienda, le faltaba algo, quedaba coja. ¿Cómo se une al edificio? ¿Cómo hago para estudiar el edificio en sí? ¿Puedo conseguir los planos de cada planta? ¿Puedo visitarlo? Como estas preguntas me generaban otras preguntas en vez de respuestas, busqué un contexto nuevo que pudiera experimentar, ver, tomar anotaciones, investigar y como solución, encontré mi casa, o mejor dicho, el edificio en el que se encuentra.
Este edificio se trata de un lugar que tiene una relación directa conmigo y es el escenario de la relación que tengo con los propietarios del resto de viviendas. Una vez elegido este contexto, falta introducir la casa.
¿Cómo se une o cómo funciona? Estas preguntas tienen respuesta pero a la hora de determinar la normativa a la que le dará forma a la vivienda, hace que ese proyecto-colgado, se transforme en algo más real y no tan abstracto. Consiste en crear una vivienda vertical dentro de un edificio donde las viviendas son horizontales. La vivienda sería el fruto de un resquicio de la Ley de Propiedad Horizontal y el Código Civil. No tendría que cumplir ninguna exigencia de la norma. Con la normativa, la idea de parásito, se transforma para dar paso a una casa simbionte donde los propietarios que ya se encuentran en la zona como Langarita, obtendrían beneficios.
Sin embargo, tras la clase del viernes, la vivienda pasa a ser más concreta y a basarse en otras normas. Pasa a ser un proyecto donde no se basa en la construcción de una vivienda sino que se crea a partir de lo existente. Con ello, el concepto de vivienda que tenía en mente (lugar estable, hecho para vivir unas personas específicas) varía, haciendo que ese concepto se lleve a un terreno algo más polémico y diferente.
La vivienda, pasa ahora a ser el refugio de todo aquel que lo necesite sea propietario o no. Concepto que es el reflejo de la idea de que la casa no es un lujo si no un derecho.
Ello me lleva ante las personas que no tienen un hogar propio, ya sean por desahucio, problemas familiares, falta de dinero o porque no están a favor de la privacidad.

Este giro de acontecimientos me hace pensar en que Langarita es ahora una okupa. Para vivir en una casa, tiene que adaptarse a unos horarios y unas estrategias que serán el resultado de mi investigación en el edificio antes nombrado. 

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